lunes, 16 de noviembre de 2009

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La cuestión de la pobreza plantea una difícil y constante lucha para todos aquellos que de una u otra forma velan por un mundo mejor, más libre e igual. Indudablemente el objetivo es erradicarla pero, no obstante, no todos toman acción respecto a la pobreza del mismo modo. En conexión con la actitud de las personas frente a la pobreza vamos a distinguir tres posibles posturas:

1. Los desentendidos: Dentro de este grupo es posible distinguir a todos aquellos que se muestran indiferentes e indolentes, a quienes ante tan gran y difícil situación, no proponen iniciativa alguna más que la resignación y, en el peor de los casos, la negación. Casualmente son los mismos que ante toda problemática optan por la salida corta, fácil y obviamente no por la mejor.
2. Los que viven para los pobres: Se compone de todos aquellos que se dedican de tiempo completo a acciones que buscan la satisfacción de las necesidades inmediatas de los pobres. Comprende directores de campañas de misioneros, directores de ONG, trabajadores en comedores infantiles, etc. Su sentimiento y empatia en relación con los más necesitados generalmente es mucho mayor que la del común de la gente.
3. Los que viven una vida diaria normal con conciencia de la pobreza: Se basan en el principio de “usted puede ayudar más a los otros aprovechando el máximo de usted mismo y en un compromiso honesto con sus actividades diarias”. Toda su filosofía se encuentra plasmada en cosas como la responsabilidad social ciudadana, empresaria (RSE), profesional, etc. Su deseo de ayudar a los demás es latente pero su vida también esta orientada a circunstancias y relaciones temporales que son parte de sus propias vidas privadas o las de sus familias.

Dentro de estas actitudes se pueden diferenciar positivas de negativas. Así, la primera representa una postura negativa; Esta en realidad no se presenta ni siquiera como una actitud sino que simplemente es indolencia, es ausencia.
Por otra parte existe un conflicto entre las posturas segunda y tercera. A los segundos se les critica el hecho de que las soluciones ofrecidas en principio no solucionan el problema en sí sino que simplemente resuelven realidades inmediatas dejando de lado una respuesta que a largo plazo derive en la erradicación de la pobreza. A los últimos, por su parte, se les refuta que plantean una posición en la que la acción atómica de cada uno permitirá el desarrollo de una conciencia social que a largo plazo permitirá una respuesta a estas grandes brechas sociales, pero ese cambio progresivo ¿seria posible?, y por aparte, ¿qué pasa con todos aquellos que ya son pobres?, ¿quién se ocupará de los asuntas que llaman urgentemente? ¿Son casos perdidos quienes ya nacieron integrados a esta masa pobre?
Ninguna de las posturas positivas es la verdadera ni la más completa, sino que son complementarias. Alguna vez le pregunte a cierta persona (que respeto mucho) acerca de cuál pensaba era la postura correcta, y me respondió que así como el ser no es una forma que se dio igual en todos, tampoco lo es la forma en que cada uno debe colaborar con aquellos que sufren la intemperie, el hambre y las soledad. De este modo la única posible solución es el reunir esfuerzos por parte de todos, comprendiendo de que a unos le corresponden ciertos roles que a otros no. Es una cuestión de salir de nuestro único punto de vista para acercarnos al posible punto de vista de los demás. Es importante remarcar cómo en conflictos como la pobreza el sumarle la pena, la tristeza y el pesimismo o la culpabilidad no colaboran (ni nunca lo han hecho). Entonces no critiquemos, sepamos aceptar el pensamiento de los otros, recordemos que todos buscamos lo mismo en independencia de cómo lo hagamos. La discordia solo genera más discordia, la tolerancia y la aproximación generaran más tolerancia y aproximación. De este modo, en oposición a los que se quejan hipócritamente de todos los males del mundo y cuya ciencia en la cuestión no sobrepasa más que el deseo de generar una imagen que realmente no les pertenece, cada día, cada uno, desde donde le corresponda, generará parte de una cultura que busque un progreso en función del desarrollo de las actividades particulares de cada uno.
Santiago Salom

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